Con la llegada del siglo XV, en Europa se produjeron grandes transformaciones sociales, culturales y religiosas que dieron lugar a una nueva época.
Se la llamó Renacimiento porque se pretendía hacer "renacer" las ideas de los antiguos griegos y romanos.
Los cambios influyeron en el nacimiento de nuevas formas musicales y estilos compositivos.
La invención de la imprenta, fomentó la difusión de la cultura musical.
Cambiaron los gustos musicales y los lugares donde se interpretaba la música.
Los palacios de los reyes y de la nobleza abrieron sus puertas tanto a la música vocal e instrumental como a la danza.
Las danzas llegaron a ser muy elaboradas y espectaculares tanto por la belleza de la música, en la que predominaban los instrumentos de cuerda, como por la elegancia del vestuario y por las cuidadas coreografías.
En esta época surgen las capillas musicales. Eran instituciones formadas por cantores e instrumentistas que trabajaban en las grandes iglesias, catedrales o cortes europeas.
De estas capillas salieron excelentes músicos como Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria.
Durante la época del Renacimiento, las mujeres apenas tenían oportunidades profesionales dentro del campo de la música.
A pesar de ello, hubo varias mujeres que consiguieron fama como cantantes y, en algún caso excepcional, como compositoras.
Maddalena Casulana (1544-1590) fue la primera mujer compositora cuyas obras aparecieron impresas.
Además de como compositora, destacó como intérprete de laúd y como cantante.